Conocé la historia del ex-tercera línea de Belgrano, que hoy vive en Texas.
Por: Mariano Vergara Hegi.
¡Hola Belgranenses! ¿Cómo están? Este mes nos dimos el gusto de “visitar” a Poly Hirsch, en Forth Worth, Texas, tierra de cowboys, rodeos, botas y sombreros y para el que tenga alguna duda, el slogan de la ciudad: “Where the West begins” (“Adonde empieza el Oeste”). Nuestro anfitrión se encuentra en los Estados Unidos, junto a su familia, hace 25 años. Antes estuvo en Boston y en Chicago.
Poly fue, sin duda, uno de los mejores terceras líneas de su camada (65’) y generación. Debutó muy joven, a los 18 años, contra el CASI. Su carrera fue relativamente corta y fulminante. Se destacó siempre por su potencia, por su velocidad arrancando de la base y voracidad de ingoal. En su juventud fue una especie de “cyborg” diseñado para el rugby. Campeón en 4ta. y en Menores de 19, Capitán de los Pumitas durante dos años, preseleccionado varias veces y apasionado de las motos. Es Ingeniero (siguiendo el mandato familiar) con estudios de posgrado en Harvard y experto en Logística. Está en pareja con “Pipy” (Josefina) desde siempre, es padre de Carolina (33) y Martin (26) y feliz joven abuelo de Santino (1).
-Qué bueno empezar nuestra conversación y ver en tu casa, en el living, encima del hogar, ese dibujo lindísimo, enmarcado, del icónico Pabellón del Belgrano Athletic.
– Lo hizo Mamá (Lala), a pedido. Siempre le gustó pintar y dibujar. Generalmente pinta óleos.
– ¡Felicitaciones de mi parte! ¿A qué edad empezaste a jugar? ¿Algún recuerdo especial del Club en esa época, de los amigos y los entrenadores?
– A los diez. Me acuerdo perfecto del primer día. Estaban empezando rugby en el colegio y se lo comenté a Papá. El viernes siguiente me llevó al club y al final de la cancha había un grupo de chicos, yo era muy tímido y me quería ir… hasta que me lo presentó al “gran” Chacho Cabrera, que en seguida me hizo sentir bien, y me quedé. Estaban todos jugando al “British Bulldog” (creo que se llamaba así) y como nadie me conocía nadie trató de tocarme y terminé último. Desde ese día empezó mi pasión por el club. Hoy, 46 años después, la mayoría de mis amigos son los mismos con los que empecé a jugar a los 10, son lo mejor que me dio el club. Después de Chacho tuvimos la suerte de tener a Jorge (Carroll) y Panny (Jordán) que nos enseñaron a disfrutar del rugby. También César Gutiérrez nos entrenó un tiempo.
– Sí, era “British Bulldog”, recuerdo muy bien el juego. Vivían en zona norte, ¿no?
– Sí, en Vicente Lopez. Me llevaba 1 hora en el colectivo 19 llegar al Club. La ida no era tan grave, el problema era la vuelta. Más de una vez me quedé dormido y me despertaba cuando llegaba a la terminal… ¡Un garrón!
– ¿A qué Colegio ibas? ¿Te gustaban los deportes?
– Fui al San Gabriel, en Vicente Lopez. Jugaba a todos los deportes y alguna vez nos cruzamos jugando vóley contra el Ruzza, que también vivía en zona norte. ¡Increíble como le pegaba el Ruzza en el vóley!
– Supongo que en tu casa se hablaría de rugby, ya que “Santa” (Cristóbal Hirsch) jugó en Primera y fue capitán. Casualmente “Carlitos” Martínez Christensen lo menciona en la última nota como Capitán en el 61´/62´, cuando él debutó. ¿Recordás ir a verlo jugar de chico? ¿Te daba consejos cuando empezaste a jugar?
– Papá dejó de jugar cuando se fue a vivir a USA. Después volvió y vivíamos en Zárate así que no podía ir a entrenar y entonces jugaba en intermedia o veteranos. Sí recuerdo ir a verlo jugar de chico. Era muy fuerte y rápido. Creo que tenía mucha movilidad para ser primera/segunda línea en esa época. En casa, si bien todos jugábamos y el club era gran parte de nuestras vidas, no se hablaba mucho de rugby y no se hablaba mucho de los partidos, pero yo viví esa época muy intensamente y el rugby era definitivamente lo más importante para mí.
– Saliste Campeón en divisiones juveniles: ¿años, entrenadores? ¿Algún recuerdo de los partidos finales, de los festejos?
– ¡Sí! Ganamos en 4ta. y Menores de 19 (M19). Nos entrenaban Peter Gorrisen y el “Gaucho” Stocks, quienes también -como Jorge y Panny-, fueron muy buenos para nuestro grupo, nos enseñaron a jugar mejor y nos transmitieron ese sentido de unidad y pertenencia al Club. Cuando ganamos en 4ta. organizamos una gran fiesta donde invitamos a todos los clubs. Tomé unos whiskys de más y terminé en el Pirovano… Me pusieron 6 puntos en la frente sin necesidad de anestesia. Desde ese día nunca más pude tomar whisky. El de M19 fue muy especial porque hubo varios fines de semana que jugué en Primera el sábado y en M19 el domingo.
– ¡Qué bárbaro! No recordaba que jugabas los dos partidos en esa época. ¿Siempre jugaste de octavo?
– Empecé jugando de hooker pero me gustaba tocar la pelota y creo que en 8 va. pedí jugar de ocho y desde ahí nunca cambié.
– ¿Practicabas otros deportes?
– En casa tuvimos la suerte de que a papá le gustaban todos los deportes así que hicimos de todo, desde montañismo -ascendimos el Lanín en familia-, a buceo, caza y pesca, a volar en planeador y de kayaking a ski entre otros y, por supuesto, todos los del Club, menos cricket que nunca jugué.
– Fuiste Seleccionado Juvenil. Algún recuerdo para contarnos de esa experiencia.
– Tuve el privilegio de ser Capitán de Juveniles (“Pumitas”) por 2 años jugando con un montón de cracks que después fueron Pumas y con otros chicos del Club. Muchas giras divertidas para jugar el Nacional dos años (83 y 84) y el Sudamericano en Chile (84). Quizás la anécdota que más me acuerdo (por los nervios que tenía) es estar llegando a la frontera de Chile y el entrenador -el Inglés Cutler del SIC- me pide juntar todos los pasaportes y cuando se los doy eran todos igualitos menos uno… Lo mira (era el mío que era de USA) y le explico que no tenía el argentino. ¡Casi me mata! Me dijo: “Escondelo que no lo vea nadie y naciste en San Isidro. ¿Te queda claro?” Nunca más volvimos a hablar del tema.
– También fuiste seleccionado para el primer Seven de Hong Kong -junto a “Luichi” Rodríguez- y preseleccionado en más de una oportunidad.
– Así es, pero las lesiones impidieron siempre mi continuidad y lo padecí mucho.
– Gira a NZ en juveniles…
– ¡40 días de diversión constante! Fue una muy linda experiencia que pudimos vivir gracias al esfuerzo de Jorge Carroll para organizarla.
– ¿Llegaste a jugar con tus hermanos en el mismo equipo?
– Con Cony jugamos juntos en Primera, con Marcos no, lamentablemente, porque dejé de jugar muy temprano. Creo que solo alguna vez en los partidos de padres e hijos.
– ¿Algún octavo o jugador / equipo (además del BAC) que te gustaba ver jugar de Argentina o internacional?
– Siempre me gustaron los All Blacks y en esa época tenían un ocho que era tremendo: Zinzan Brooke.
– Lo recuerdo, un fenómeno. ¿Cómo compatibilizaste el estudio de Ingeniería con tus entrenamientos?
– Ingenieria me costó mucho y se me hizo pesado. Lo mejor de la semana para mi era entrenar y jugar. Así que cuando todos puteaban los martes con frío en Parque Sarmiento, yo lo disfrutaba. Jugar el finde era lo que más esperaba.
– ¿Dónde estudiaste? ¿Sentiste vocación por tu carrera o fuiste un poco descartando entre otras posibilidades?
– Soy Ingeniero Industrial de la UBA. Medio que llegué por descarte. Papá era ingeniero y los 3 hijos terminamos siendo ingenieros. Se ve que hubo influencia familiar…
– ¿A qué edad se conocieron con Pipy?
– Por primera vez a los 16 en Miramar, pero ella vivía en Rosario. Después nos pusimos de novios más grandes y nos casamos jóvenes.
– ¿Era deportista? ¿Le gustaba verte jugar?
– Si, jugaba hockey en el Jockey de Rosario. Siempre hizo y sigue siendo muy activa. Creo que solo me vio jugar una vez en la Copa Fundadores en Rosario.
– ¿Te acordás del debut en Primera? ¿Cuándo y contra quién?
– Sí, tenía 18 años. Mis primeros minutos fueron contra CUBA en el 84´, entrando de suplente por la lesión de Marcelo del Franco, a los 37 ‘del segundo tiempo. Quedé en offside en la primera pelota y me pisaron todo. Al fin de semana siguiente, debut oficial contra el CASI en Pino (debutamos junto al “Flaco Nico” -Martínez Christensen-). A los 2 minutos lo tackleo al Cacho Varone y se me parte un diente. Me acuerdo pensar “esto de jugar en Primera sí que es jodido”. Fue muy lindo debutar en Pino y contra CASI, que en ese momento tenía muchos Pumas históricos.
– Algunos dicen que tenías la “brújula”, un gran arranque y potencia (¡para tomar el camino más directo al ingoal!). Scrum cinco en ataque: ¿Qué pensabas? ¿Escuchabas la jugada que te cantaban, si cantaban alguna? ¿Pensabas o solo veías la línea del ingoal?
– Jajajaja no sé lo de la brújula… pero más de una vez me preguntaban por qué había hecho algo y la verdad es que no lo pensaba, me salía hacerlo. La sensación del try es espectacular. Cuando veía la línea del ingoal me desesperaba por llegar, ¡sea como sea!
– ¡Se notaba! La verdad, eras muy joven, con todo el potencial, aunque ya habías demostrado mucho, pero, lamentablemente, vinieron lesiones importantes que, con el tiempo, te hicieron retirar prematuramente (a los 23). La primera lesión…
– Jugando el Seven de Olivos, última jugada de un partido que veníamos ganando por mucho, giré sobre la rodilla e hizo crack… terminó el partido y todos se iban y yo seguía tirado sin poder moverme por el dolor…
– Primera operación de rodilla. ¿Pudiste reponerte bien?
– Si, me recuperé todo el verano y volví a jugar. Pero hacia el final de cada temporada me volvía a lastimar. Terminé con 5 operaciones en 5 años. La verdad es que me quedé con muchas ganas de seguir jugando y lo sufrí mucho…no pude ver y disfrutar rugby por mucho tiempo.
– ¿Cómo y cuándo decidiste / decidieron ir a USA?
– Como tenía el pasaporte siempre quise tener la experiencia de vivir y estudiar en USA. Terminé la facu y decidimos irnos. Además, ya no podía jugar más por las rodillas…
– ¿Estudiaste allá también?
– Si, tengo un posgrado en Harvard.
– Vivieron en Boston, en Chicago y en Fort Worth. Generalmente trabajaste en empresas de “Logística”. ¿Alguna de estas ciudades fue tu preferida? Algo que destaques de cada una y especialmente de Forth Worth, que es donde viven ahora.
– Sí, toda mi carrera ha sido moviendo cosas desde paquetes con UPS, productos farmacéuticos, correo, camiones, trenes… Todas tienen lo suyo pero la mejor para mí es Boston, su historia, las callecitas de época, su estilo inglés. Hoy estamos en Fort Worth y tengo la suerte de tener a toda la familia, con nieto incluído, viviendo acá, ¡así que en este momento es el mejor lugar de todos!
– Además del rugby, otra de tus pasiones son las motos y los viajes en moto. Creo que alguna vez te conté que Quique, mi hermano mayor, atravesó América en moto, de LA a BA.
– ¡Sí!, me acuerdo de las aventuras de tu hermano, me encantaría algún día hacer algo parecido y viajar desde USA a Argentina.
– Pero ustedes hicieron muchos viajes con Pipy. Contanos algunos y qué moto usan.
– Con Pipy ya tenemos casi 150.000 km juntos en la moto (una BMW 1200), nos gusta mucho y salimos cada vez que podemos. Hace ya varios años que nos vamos un par de semanas a Europa para recorrerla en moto. Este año, con el tema de la pandemia salimos por USA y acabamos de volver de recorrer 10.000 km por varios estados y visitamos los parques nacionales Yellowstone, Tetons y Glacier. Tuvimos vistas increíbles y encontramos distintos animales en su hábitat: osos, ciervos, carneros, cabras de montaña, alces. Volviendo de los parques de Colorado vimos una pelea entre dos ciervos machos con grandes astas, ¡impresionante!
– Cada embestida se debía escuchar a kilómetros de distancia… ¿Cómo definirías lo que sentís viajando en moto en esas vacaciones, en lugares abiertos, en marcos naturales tan imponentes?
– Algunos lo definen como lo más parecido a volar. A nosotros nos gustan las sensación de libertad que sentís y como se disfrutan los paisajes desde arriba de la moto. Además de la camaradería con otros en moto y algunas aventuras que hacemos off-road…
– ¿Por ejemplo?
– En Colorado entrar en rutas no asfaltadas y atravesar valles en el medio del campo rodeados de ríos y montañas.
– ¿Cómo está conformada la familia hoy?
– Carolina tiene 33, se casó con Mike y tienen a nuestro primer nieto, Santino. Martin tiene 26. Vivimos todos en el mismo barrio y todos también trabajan en logística.
– Sos un abuelo muy joven y vital, ¡felicitaciones! ¿Cómo es un día ideal en familia?
– Todos estamos muy ocupados pero tratamos de vernos entre semana y nos juntamos los fines de semana. Cuando podemos, nos vamos de viaje juntos. ¡El programa ideal es ir todos juntos a esquiar!
– ¿Algún centro de ski entre tus preferidos?
– Hay muchos… A nosotros nos encanta Breckenridge, en Colorado, en la base de las “Rocky Mountains”. El pueblito es muy lindo.
– ¿Cómo vivieron la pandemia?
– Muy encerrados hasta que nos dimos la vacuna. Por suerte todos pudimos seguir con nuestras actividades de trabajo y estudios sin problemas. Salvo viajar y el hecho de no poder estar con otra gente no tuvimos limitaciones.
– Alguna actividad en particular durante esos meses cuando nos pedían que nos quedemos en casa (música, lectura, etc.). ¿Te gusta algún tipo de lectura en especial?
– Con Pipy decidimos hacer gimnasia todos los días -bici, gym, fierros, yoga-, ¡así que terminé la pandemia en mejor estado que cuando jugaba! No soy un gran lector, pero me gustan las biografías y aprender historia o cosas nuevas. Leo varias revistas de motos.
– ¿Alguna biografía que recomiendes?
– La de “Ben” (Benjamin) Franklin: An American Life (Una vida americana), del mismo autor que hizo una de Steve Jacobs… ¡Walter Isaacson! Es increíble todo lo que hizo Franklin en su vida, además de ser nada menos que uno de los “Padres Fundadores de los Estados Unidos”: político, científico e inventor.
– ¡La vamos a leer! Isaacson también escribió una biografía de Albert Einstein. No soy de leer muchas biografías, pero hace un par de años leí una sobre Alexander Von Humboldt que me gustó mucho y la recomiendo: La invención de la naturaleza, de Andrea Wulf. Humboldt fue explorador, científico -una similitud con Franklin- y amante de la naturaleza.
¿Sienten alguna nostalgia o después de estos años ya están muy acostumbrados a vivir allá? ¿Qué cosas extrañan?
– ¡Más que nada familia y amigos! En mi caso, si bien conozco mucha gente, mis amigos siguen siendo los del Club. Por suerte tengo la posibilidad de verlos cada tanto.
– No puedo dejar de pedirte un mensaje para ellos.
– Una de las cosas que no existen en USA (ni en ningún otro lugar que yo conozca) es la vida de Club de Argentina, ¡y no sé si hay algún mejor club que Belgrano! Cuando uno no lo tiene lo valora mucho más. Disfruto desde lejos y me gusta ver el gran trabajo que se ha venido haciendo en el club en todas las áreas y la importancia que se le da a los valores del deporte y la amistad. Espero que, como en mi caso, el BAC siga siendo el segundo hogar donde se forman las amistades de toda la vida y se disfruta del deporte… Para mí, el mejor club del mundo.
– ¿Qué es de la vida de Poly Hirsch?
– Sigue en USA, con su familia, ahora en Forth Worth, Texas.
– Qué bien. Poly sí que tenía la brújula, conocía el “shortcut” (atajo).
– La brújula, ¿el “shortcut”?
– Sí, para llegar al ingoal. El camino directo, más corto. ¡Imposible frenarlo!